Históricos

piramide     Según la leyenda azteca, los mexicas salieron procedentes de la región de Aztatlán, que algunos historiadores lo ubican en un lugar que todavía conserva el nombre antiguo: san Felipe Aztatlán, en el municipio de Tecuala, Nayarit casi en los linderos de Sinaloa. Fueron guiados por dos indígenas Tecpatzin y Huitziton; a su paso, tomaron posesión de este cañón hacia el año 1113 d.C. y se fueron expandiendo por el valle de Tlaltenango, Jalpa, Juchipila y Nochistlán. Fueron expulsando y sacrificando a los indígenas que había en aquellos valles.

     La región caxcana se dividía en cuatro reinos Teulinchan, Xochipilla, Tlatenanpan y Nochistlán. Pueblo de sangre belicosa, según las crónicas de Fray Antonio Tello que nos cuenta que: “Huitzilopochtli ordenó a aquel incontable enjambre humano guerrear y desalojar a los habitantes del valle, los huicholes y los tepehuanes, obligándolos a retirarse a las barrancas y sierras del occidente… y allanada la provincia y valle de Tlaltenango con sus aldeas, Tepechitlán y el pueblo del Teúl encima de un peñol de piedra tajada, que tenía una entrada y no más, y una fuente de agua, la torrearon y la fortalecieron, porque le querían tener para amparo de los sucesos de la guerra. Y edificaron un templo suntuoso, que fue EL SANTUARIO GENERAL para ellos, donde sacrificaban todos los que prendían en ella”1.

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      Según el padre Tello nos informa que en agradecimiento a la victoria que tuvieron, sacrificaron doscientos niños a su dios Hutzilopochtli, dejando en los pueblos recién fundados sacerdotes y caciques para cobrar los nuevos impuestos a los indígenas sometidos.

     Tlaltenango, Tepechitlán y el Teúl fueron conquistadas poco a poco por los mexicas que pasaron a formar el lado occidental de la región conocida como la Gran Caxcana. Desde este valle, se lanzaron los mexicas a la conquista del cañón de Juchipila y de los valles de Nochistlán y Teocaltiche.

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     Pero todo cambió a la llegada de los españoles, al nuevo continente inhóspito y asombroso por descubrir. Francisco Hernández de Córdoba fue el primer español que tocó tierra mexicana en la primera expedición de 1517; pero no fue hasta la tercera expedición capitaneada por Hernán Cortés en 1519 en donde decidió asentar el primer ayuntamiento español en la llamada Villa Rica de la Vera Cruz. Desde ahí escuchó noticias de la grandiosa capital de los aztecas, y llevado por una sed de ambición se dirigió hacia ella efectuando su caída en 1521. Con este acontecimiento se abría paso al dominio español en cada rincón de estas tierras amerindias. Hernán Cortés fue nombrado gobernador de todas las tierras que fuera descubriendo, por ello mandó a españoles, mejor dotados, para que realizaran expediciones, abriendo el horizonte del imperio hispánico.

     conquistaEl 1° de Abril de 1530 llegó a Nochistlán, la capital política de la gran Caxcana. Al tercer día envió a sus mejores capitanes a reconocer y a explorar el lugar. A Pedro Almíndez Chirinos le tocó recorrer el Teúl la capital religiosa del pueblo caxcan, que ya había sido abandonada y quemada por los “indios amigos”.

     Deseoso por conocer la magnificencia de esa cultura chichimeca, visita el Teúl del 23 al 25 de abril. Es precisamente en aquella estancia de Nuño en el Teúl que se celebra la primera misa en esta región como él mismo lo narra en una carta dirigida a la reina: “el día de la salida puse una cruz en lo más alto de aquel peñol, y dijose una Misa, porque Dios fuese alabado y adorado donde el diablo tanto había sido servido y recibido sacrificios. Y tomada posesión de Vuestra Majestad, dejé allí a todas las mujeres y niños que se habían tomado”2.

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     Sintiéndose seguro Nuño de Guzmán daba el golpe final a los caxcanes el día de san Juan Bautista de 1536 dando por terminado uno de los grandes imperios chichimecas del occidente de México. Sin embargo “la conquista a sangre y fuego, robo y exterminio realizada por Nuño de Guzmán, la esclavitud por él institucionalizada, y la opresión y la explotación inmisericorde por parte de los encomenderos”3 trajo consigo el resentimiento por parte de los naturales que se fue intensificando a finales de 1540.

   Con la espada del conquistador llegó también la cruz del misionero, con una gran sed, muy distinta a los colonizadores, de ganar almas para Cristo. La orden seráfica fue la pionera de introducir el mensaje de salvación en estas tierras, bañadas de sangre por tantas guerras.

      evangelización 2Los primeros franciscanos que llegaron a la Nueva España fueron: Fray Pedro de Gante, Fray Juan de Tecto y Fray Juan de Ayora; Llegaron en Agosto de 1523. El segundo grupo pisó tierras mexicanas en 1524 y se le llamó “los doce apóstoles” misioneros intrépidos y valientes que recorrieron distancias incalculables. Entre ellos venía Fray Martín de Valencia Prior del convento de Michoacán.

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     En 1530, en Tetlán funda Fray Antonio de Segovia el primer convento de la región, ahí será el centro de operaciones de la obra franciscana, ahí surgirán los nuevos trabajadores de la mies, de ahí se difundirá la fe en Cristo para disipar las tinieblas de la idolatría. De hecho, el padre Tello pondrá por escrito los desvelos de este gran misionero: “Fray Antonio de Segovia, que hacía poco que había venido de España…baptizaban y administraban las provincias de Tonalá, Tlaxomulco, Ocotlán, Amaxac, y entraron por la Tecuexa de Mitic, Xalostotitlán, Tecpatitlán y toda la Caxcana, que son los pueblos y cabeceras de Juchipila, Tlaltenango, Teúl, Mecatabasco, Nochiztlan y Teocaltech, y volvían a su convento sin descansar en el oficio heroico de la predicación, dilatando esta Yglesia, pequeña hija de la romana, hasta poner los estandartes de Cristo Nuestro Señor sobre la cerviz del demonio y de estas gentes feroces a los cuales endulzaron la voluntad depravada, con el Evangelio y las buenas costumbres y vida, estos heroicos varones”4.

     Para una mejor organización de la evangelización, se decidió fundar un convento en el Teúl en 1536 para una mejor atención pastoral en la región norte, ya que hacían falta ministros que enseñasen a los naturales la doctrina cristiana, como lo hace constar una carta de Juan de Cueva: “…por la presente, en su real nombre doy poder y facultad al provincial de la Orden de san Francisco del Dicho del Nuevo Reyno para que pueda poblar y fundar una casa de religiosos de la dicha orden en el pueblo y parte que dicen el Teúl, en la dicha provincia…”5.

fray miguel de bolonia   Se puso bajo patronazgo, como era la costumbre colocar la protección de un santo en los demás pueblos conquistados, el convento y el pueblo del Teúl a san Juan Bautista ya que ese mismo día en el mes de junio de 1536, los españoles ganaron la batalla contra los indios aferrados a no dejarse dominar por el nuevo imperio peninsular en el cerro del Teúl.

     No se tiene el momento preciso sobre la llegada de los primeros moradores de estas tierras florencianas; incluso se tienen algunas discrepancias sobre el nombre de los primeros pobladores. El entonces Señor Cura Ramón Vélez afirma, a principios del siglo XX, que el primer habitante se llamó Florencio José de Flores y Navarrete6, mientras que Manuel Sandoval Miramontes en su gaceta Peregrino Florenciano7 señala que fue un matrimonio, Florencio Sandoval y Florencia Ruiz, los primeros vecinos de esta comarca. Lo que coinciden nuestros dos autores, que ese tal “Florencio” era de origen español y que deseó asentarse de manera definitiva en este lugar abundante de agua y parejo para sembrar. Pronto se le dio a conocer a estas tierras como “Lo de Florencio” o simplemente “Florencio”.libros

     En los libros de bautismo de la parroquia del Teúl del año de17468, se menciona por primera vez, el asentamiento “Florencio”. También se conservan documentos de 1752 para aclarar algunos linderos de ranchos, sin embargo, en ninguno de ellos se menciona “Florencio”. Y en 1770 encontramos el primer mapa donde aparece la comunidad de “Florencio”.

     La primera señal de evangelización en Florencia es el monumento a la Santa Cruz, que está a tres cuadras hacia el sur de la calle Morelos, que mapa de florenciaes la entrada principal al pueblo. Según se cuenta fue en aquel lejano año de 1748, que pasaron por este lugar un grupo de misioneros franciscanos, se detuvieron para descansar; buscaron agua para ellos y sus animales, como era un monte muy espeso y para no perderse fueron marcando cruces en los troncos de los árboles; caminaron hacia el oriente, hasta llegar a un ojo de agua, en donde ahora es el rancho de Las Cruces.

     Antes de seguir su viaje, dejaron en este lugar una cruz de madera sostenida con una piedra. Los primeros habitantes la nombraban la Cruz de la Loma. Ha tenido varias modificaciones, ya que han caído sobre ella tres rayos que la han ido destruyendo parcial o totalmente. Es por ello que en 1948 se renovó la cruz y se le construyó su ermita. Desde que se tiene memoria se celebra a la Santa Cruz el día tres de mayo con el rezo del rosario y la santa misa con gran asistencia del pueblo y ranchos.

     Sintiendo la necesidad de los auxilios espirituales y lo agotador que resultaba la caminata para acudir al Teúl cada domingo para “oír misa”, acordaron los vecinos, después de una jornada dominical, reunirse para construir una capilla, para que el sacerdote por lo menos los asistiera cada ocho días. Al domingo siguiente se presentaron en el curato y le plantearon su propuesta al Señor Cura, sorprendido, los felicitó por sus buenos propósitos y les dijo: “Dejen escribir al obispo para que nos autoricen y hacemos esa Iglesia que falta nos hace…”9

     Una vez llegada la autorización por parte del Señor Obispo, se colocó la primera piedra el 25 de agosto de 1862, de la incipiente cacruzpilla; hombres, mujeres y niños, con muchos esfuerzos pero también con muchas ilusiones y esperanzas, empezaron a trabajar acarreando piedras, escarbando cimientos. Hasta que por fin se concluyó la tan anhelada capilla; se cree que para 1872, diez años después, se terminó el templo con muy buena disposición para la celebración de la misa.

     Viendo la necesidad que tenían los habitantes del Monte, como también eran llamados, se le concede a Florencio el grado de capellanía, junto con las de Huitzila y Santa María de la Paz el 6 de agosto de 1909, autorizando el arzobispo de Guadalajara el Señor José de Jesús Ortíz y Rodríguez, siendo entonces el párroco del Teúl el Señor Cura, ahora ya canonizado, san Román Adame. Unos años después y turbulentos para la patria mexicana, el 31 de Julio de 1917 se erige Vicaría a la entonces Capellanía de Florencio y se nombra como primer vicario a Don Juan Guzmán López. Al nombrarla vicaría le daba ya una cierta autonomía con respecto a la parroquia del Teúl, puesto que aun formaba parte de la parroquia, se podían administrar ahí mismo los sacramentos, llevando sus propios libros de registros. 

     Pero la fecha que sin duda causó más alegría, fue el 27 de octubre de 1922 que el Señor Arzobispo Francisco Orozco y Jiménez la elevó a categoría de parroquia, desmembrándola definitivamente del Teúl. En su viajerevolución cristera para nombrarla parroquia, quedó conmovido por los adornos que habían colocado los moradores los 15 kilómetros que hay de distancia entre el Teúl y Florencia, y por ello al llegar, con unas palabras proféticas y de bendición exclamó: “Florencia, florecerá siempre”; cambiándole el apelativo a femenino a la población que ahora y en adelante llevaría el título de parroquia.

     Mientras que el mundo europeo, se recuperaba lentamente de la Gran Guerra, México iniciaría una guerra sin cuartel contra una de las instituciones más arraigadas en el corazón del pueblo mexicano. Si las leyes de Reforma, durante el porfiriato, no se llevaron a cabo, la constitución de 1917 hará lo posible para que se implementen.

     Al subir a la silla presidencial, Plutarco Elías Calles, pondrá en vigencia las leyes de la Constitución, y con ello restarle poder a la Iglesia Católica, única institución que se oponía a sus planes codrevolucióniciosos. Pronto brotaron manifestaciones pacíficas, sobre todo en el occidente del país, teniendo a la cabeza al abogado Anacleto González Flores y toda su cuadrilla de la Acción Católica. Pero no podía faltar el levantamiento armado ante la impotencia de no poder avanzar por la vía pasiva y legal.

     Es así que este grupo de “revolucionarios” se les empezó a llamar cristeros, pues ante la inminente muerte gritaban con toda sus fuerzas “Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe”.

     Pronto llegaron las noticias de la capital al Teúl, y de ahí pasaron a Florencia. La paz que gozaban estos pueblos se vieron amenazadas ante la creciente presión del gobierno de registrar su sacerdotes en las grandes ciudades, es así que los señores párrocos Ignacio Íñiguez y José Tiburcio Solís, de Florencia y del Teúl respectivamente, tenían la obligación de registrarse en Zacatecas; ante tales atropellos el episcopado mexicano decretó la suspensión del culto el 1 de agosto de 1926.

     Ante la negativa de la aceptación de la llamada “Ley Calles”, hubo represalias por parte de los federales, asesinando a gente pacífica. Al primero que mataron, según las crónicas de Manuel Sandoval, fue un tal José Arellano, que lo sacrificaron en la loma de las carreras y que después de muerto, lanzaron su cuerpo por la loma con el fin de infundir miedo; al retirarse los soldados, unas personas se acercaron para recoger su cuerpo ensangrentado y lleno de espinas. Otro más Pablo Arellano, lo mataron y lo dejaron a la orilla de Tonilco, unas piadosas mujeres lo levantaron para evitar que se lo comieran los animales, colocándolo en un chiquero de puercos, su hija de tan solo 9 años, duró varios días sin comer cuidando el cuerpo inerte de su padre10.

     Viendo las atrocidades que el gobierno federal hacía con la gente pacífica, hubo un hombre que alzando su voz y sus armas, se lanzó a defender lo más sagrado que tenía: su fe. Pedro Sandoval fue el jefe cristero de Florencia, que cada vez más tenía seguidores de todos los rincones de la región. Consciente el gobierno ante el eminente peligro que esto podía acarrear, se lanzó una brigada en contra de los cristeros de Florencia, el objetivo difuminar el grupo revolucionario.pedro sandoval

     Sin embargo los cristeros se defendieron muy bien en el cerro del pantano; los federales al no poder subir se vengaron, asesinando a gente pacífica: “a uno lo colgaron en un roble afuera del camposanto, a uno más en el Llano Grande y a otros dos más en el rancho de Los Campos. A Eliseo Arellano lo lanzaron y le decían los pelones: dile a tu Cristo Rey que te salve… también a un señor de 80 años lo encontraron arando en un barbecho, se llamaba Cruz Román Guzmán, no respetando su edad, lo sacrificaron y lo dejaron atravesado en su arado para que los bueyes lo hicieran pedazos”11. Esto no amedrentó la fe y el amor a Dios, al contrario, se avivó más la defensa en favor de la religión. Incluso las mismas mujeres animaban a sus esposos y a sus hijos a darse de alta en las filas de los cristeros. Y así fueron creciendo cada vez más.

     El 25 de febrero de 1927 Pedro Sandoval, junto con su tropa, entró al Teúl, que dicho sea de paso era un pueblo que tenía la fama de que estaba al lado del gobierno, puesto que existía un cuartel y era el centro de operaciones del gobierno de aquella zona; se realizó una gran quemazón en el pueblo, lo cual produjo la destrucción de algunas casas. Estos incendios masivos se sucedieron; el 3 de febrero de 1928, se perpetró el segundo incendio en el poblado. Pero el incendio que más dolió para los teulenses fue el 5 de marzo del mismo año en el que se destruyó la torre del templo.

     Por fin, después de tres años y dos meses, Florencia volvió a respirar la paz cuando el culto se reanudó el 4 de octubre de 1929, como lo hace constar el Señor Cura José H. Mendoza y a la vez da gracias a Dios de este gran beneficio: “…Gracias sean dadas al Señor de las misericordias, a la sin par mamá Patrona celestial de esta parroquia, al Castísimo patriarca Sr. Sn José, Patrón de la Iglesia Universal y a los mártires de Florencia, que dieron gustosos su sangre por defender los derechos de Dios, para ser adorado por todos los hombres”12.

1 Antonio Tello, Crónica Miscelanea, 14-19.

2 Sandoval, Un rincón…, op. cit., p. 400.

3 Ibíd., 402.

4 Fray Antonio Tello, Crónica Miscelánea, 190.

5 Rubén Villaseñor, La inquisición en la Nueva Galicia, 118.

6 Luis Sandoval, Un rincón…, 210-211.

7 El Peregrino Florenciano, Enero 2006, p. 6.

8 Caja número 1 de bautismos de la parroquia del Teúl (1716-1747). Este registro pertenece a Santiago de Santa Ana mulato libre del rancho de Florencio; sus padres Mateo de Campos y Anita Sánchez, sus padrinos José Carrillo y Francisca de Luna; fue bautizado en la parroquia del Teúl el 2 de agosto de 1746.

9 Manuel Sandoval Miramontes, Peregrino Florenciano, p. 6.

10 Cfr., Manuel Miramontes Sandoval, El peregrino florenciano, p. 4.

11 Manuel Sandoval , El peregrino florenciano, p. 4

12 Libro de Gobierno de la parroquia de Florencia, Libro I, hoja 5.

 

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